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Operando la mente: psicocirugía

La psicocirugía según J. A. Barcia ha sido, probablemente la actividad quirúrgica más controvertida durante la segunda mitad del siglo XX. Tras alcanzar su cenit de popularidad en los años 50, durante la década de los 70 fue objeto de una, feroz y lógica crítica acerba por parte de la comunidad médica y de la sociedad.


La psicocirugía es definida por Valenstein como la destrucción de una región del cerebro para aliviar los trastornos psiquiátricos graves y de otra manera, intratables. La OMS la especifica cómo, la resección quirúrgica selectiva o destrucción de las vías nerviosas con el propósito de influenciar el comportamiento.

Parece ser que la práctica de abrir el cráneo (trepanar) con fines mágico-médicos se realizaba extensamente por todo el mundo desde aproximadamente el 2000 a. de C. La psicocirugía moderna emerge gracias al neurólogo portugués Egas Moniz, quien en 1935 inició los procedimientos quirúrgicos prefrontales basándose en los estudios realizados por Fulton y Jacobsen sobre una muestra de chimpancés en los que demostr

aron que, una resección amplia de la corteza frontal del cerebro producía una menor reacción neurótica experimental. Así, sus primeros 20 casos incluyeron siete enfermos esquizofrénicos y 13 con trastornos afectivos o de ansiedad. El procedimiento consistía en abrir unos agujeros en los lóbulos frontales e insertar un leucotomo en la sustancia blanca del cerebro para seccionar las conexiones frontales. La operación fue un éxito claramente más eficaz en este último grupo de pacientes. La concesión del premio Nobel a Moniz por estos trabajos en 1949 contribuyo a la extensión de la psicocirugía.




Freeman y Watts en 1950, modificaron e introdujeron en Estados Unidos la técnica por medio del procedimiento transorbital lateral, en el cual se insertaba el leucotomo a través de la órbita ósea por encima del globo ocular. Resulta imposible saber cuántos procedimientos psicoquirúrgicos se realizaron por todo el mundo aunque se calcula que, solamente en Estados Unidos se realizaron más de 35000 operaciones de este tipo entre 1936 y 1978.

En la actualidad, según Valenstein, existe un acuerdo general entre psiquiatras y neurocirujanos a cerca de quienes son los pacientes más apropiados para estas operaciones. El principal grupo son quienes sufren respuestas emocionales muy intensas y persistentes véase: depresión, trastornos obsesivos y compulsivos, ansiedad y fobias. Existe otro grupo de pacientes en los cuales se realiza psicocirugía para aliviar el dolor. Normalmente se afirma que todas estas perturbaciones han de ser de larga duración y resistentes a otros tratamientos tales como fármacos, TEC y/o psicoterapia.




Autor: Francisco Quesada

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Psicólogo Francisco Quesada 

Consultor especializado en Neuropsicología clínica

 Especialista en Hipnosis Clínica. Experto en Violencia y Agresión.
                                                                                                             
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