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¿Sentir o percibir?

Según la teoría psicológica clásica de Helmholtz y Wundt, el termino sensación alude a experiencias correspondientes a estímulos simples y aislados, en tanto que la percepción requiere que se dote de organización y significado a las sensaciones en virtud de la experiencia pasada (interpretación).

Otros autores prefieren hablar solo de percepción, dado que el estatus científico de la sensación es hoy sumamente endeble. Así, para Pinillos (1975) la percepción constituye un proceso neurocognitivo por el cual las configuraciones estimulares nos manifiestan la realidad física y la significación que tienen para el hombre.

Actualmente desde la Neuropsicología, las percepciones se diferencian de las sensaciones en que, aquellas, son el resultado de una compleja labor de análisis y síntesis, a la vez que destacan su carácter activo y mediatizado por los conocimientos y experiencias de los sujetos. Así, por ejemplo Hebb (1949) define la sensación diciendo que es la actividad específica de un sistema sensorial y que se localiza en las áreas corticales primarias (de proyección), mientras que la percepción seria esa misma actividad una vez que pasa a las áreas corticales de asociación, que albergan nuestro conocimiento general sobre el mundo.

El siguiente relato de Saletsky, que sufrió una herida de bala en el cerebro en 1943 en la batalla de Smolensk, da una vívida ilustración de la diferencia entre la sensación y la percepción.

“Fui al vestíbulo para buscar un baño que me habían dicho que estaba al lado. Subí a la habitación y mire el signo de la puerta. Pero no importaba cuanto tiempo mirara y examinara las letras, no podía leer nada. Había dibujadas unas letras peculiares, extranjeras. Lo que más me desconcertaba es que no estaban en ruso. Cuando pasó un paciente, señalé el signo y le pregunté que era. –Es un baño de hombres, ¡qué pasa con usted!, ¿Es que no puede leer?- Estaba allí de pie, sin poder moverme, simplemente incapaz de comprender por qué no podía leer aquel signo. Después de todo, podía ver, no era ciego. Pero, ¿Por qué estaba escrito en un alfabeto extranjero? ¿Estaba acaso alguien burlándose de mí, un hombre enfermo? (Luria, 1976).

Debido a la complejidad de los procesos sensoriales y perceptivos, su estudio para el neuropsicólogo resulta de especial interés y un interesante reto en la práctica clínica, ya que los trastornos han de ser demostrados y cuantificados. La fuente de una sintomatología concreta sólo puede identificarse con una descripción detallada de las capacidades perceptuales de cada paciente. La cuestión que debe seguir planteándose en los estudios de los trastornos de la sensación y la percepción es: ¿Por qué aparece un síntoma en concreto?

Vía |Wix. Fundamentos de Neuropsicología humana. Labrador.


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Psicólogo Francisco Quesada 

Consultor especializado en Neuropsicología clínica

 Especialista en Hipnosis Clínica. Experto en Violencia y Agresión.
                                                                                                             
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